Pequeñas
gotas de sudor
Iluminaban
tu cuerpo,
Brillaban
como estrellas,
Sumidas
en la oscuridad.
Tus
ojos eran como la luna y el sol
Intentando
compartir el mismo cielo a la vez.
Dos
lenguas jugueteaban en bocas ajenas,
Mojando
de saliva nuestros labios,
Nuestras manos lentamente quitaban cada prenda
de ropa,
Y
acariciaban con delicadeza los caminos que marcaba nuestros cuerpos.
Tus
dedos acariciaban mis pechos,
Mientras
yo intentaba contener la respiración.
Contigo
tan cerca, me excito más y más,
A cada
segundo nos envolvemos más en lujuria,
Nuestros
cuerpos arden de deseo,
Y la
noche se queda sin límites entre los dos…
Los
minutos pasan más lentamente,
Las
gotas de sudor resbalan en nuestros cuerpos desnudos,
Y nos
unimos en unos audibles gemidos,
Volviéndose
más frenéticos…
Terminando
juntos en un abrazo inmortal.